domingo, 2 de noviembre de 2014

Reconciliándome con el whatsapp

"La culpa es del whatsApp, da pie a malinterpretaciones"

Puede ser. Es cierto que se pierden muchos detalles, como el tono de voz, la mirada, los gestos, los silencios....

Pero, sinceramente, creo que tiene que ver más con las inseguridades de cada uno.

Esas que nos hacen mirar cuándo se ha conectado por última vez, si está en línea y no nos contesta, si cambió la frase de su estado, qué foto tiene.....

Y esas frases épicas ya en el whatsapp y en la vida...."Pepito ha abandonado el grupo","Susanita se ha unido al grupo", "Y lo sabes"...

Jajajajajajajaja..... ¡Vaya paranoia por favor!!!!

Es mucho más sencillo que todo esto.
Es más rico quedarnos con las ventajas, como todo en la vida.

Nada está bien y nada está mal, es nuestra interpretación de la realidad la que lo determina.

El whatsapp tiene sus ventajas también.
Hay una respuesta más rápida y barata.

¿Y qué me dicen de esa sensación maravillosa que provoca ver la palabra "escribiendo" en verde? ¡Me encanta!

Y esa sonrisita tonta que se nos escapa al leer esos deseos y proposiciones....

Esa manera desinhibida de expresarnos, probablemente propiciada por la privacidad que se produce al no sentirnos mirados. No sé porqué, pero mi imaginación vuela cuando no me siento observada.

Así que me estoy reconciliando con él, o mejor aún, con mi personaja la controladora, la que no tiene paciencia para esperar la respuesta del otro sin hacerse pajas mentales.

Se está haciendo un curro, mi niña linda...

Y lo está consiguiendo, porque sabe que no hay nada más maravilloso que levantar la mirada del móvil y ver toda la vida bonita que ocurre a su alrededor.

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