domingo, 12 de octubre de 2014
Un cementerio diferente
Anoche tuve un sueño muy loco, y muy guapo a la vez.
Llegaba con mis hermanos y alguna amiga a un cementerio. No recuerdo que fuera por la muerte de alguien cercano, era como si estuviéramos en un país extranjero y fuéramos a visitarlo porque era muy peculiar.
¡Y vaya si lo era! Cuando alguien moría hacían una fiesta. ¡Incluso bailaban! Samba, salsa, música afroamericana. Aquello no era un cementerio, ¡era el paraíso!!!
¡Yo flipaba!!! Con el sitio y con su gente, gente que veía más allá d las formas que miramos todo el tiempo sin verlas realmente.
Entonces recuerdo que apoyé mi cabeza sobre mi hermana y empecé a llorar. Era un llanto sereno, sin angustia, liberador.
Un llanto que no era sólo mío.
Era de todas las mujeres que nos hemos mentido, nos mentimos y nos seguimos mintiendo, aferradas a creencias compartidas que no son propias. Mujeres que no creemos nuestras mentiras y aún así nos escondemos tras ellas para no "hacer".
Era de todos los hombres que contaron, cuentan y siguen contando mentiras, a las mujeres y a ellos mismos, porque sus padres, e incluso sus madres, les contaron esos cuentos vacíos d realidad eterna....
Un cementerio donde se celebra la vida después de la vida...
¡Está claro!!! Una vida donde hay que celebrar la muerte, para volver a celebrar la vida.
¡Lo desaprendido!!!...
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