jueves, 3 de diciembre de 2015

En ocasiones veo gente bonita

Me encuentro gente bonita a cada rato.

En casa, en el espejo, en mi cama, en el trabajo, por la calle...

El frutero me hace reír con chistes siempre que compro plátanos, Cris me sirve el cortado en La Pantana cantando, mis amigos me llaman para vernos y tomar algo, mis amigas me buscan para reír o llorar, mi mamá me mima y mi papá se alegra siempre que me ve.

Qué rico llegar al curro y ver a un compañero que me dice..."Qué bueno que estés hoy, justo cuando necesito un abrazo" O que un paciente me sonría diciendo... "Si me pinchas igual que me hablas, todo está bien"

Qué maravilla tomar un café deprisa con un colega y me susurre... "Espera, déjame quedarme sólo cinco minutos  más en tus ojos"

Qué gusto dormir arropada por los besos y abrazos de mis hijas y me arrullen..."Qué calentito hueles mami, te quiero mucho"

Qué comestible esa amiga que se ríe con mi risa favorita para verme descoñada...

Y entonces camino por la calle y me encuentro una pegatina en el asfalto con un corazón que dice "te quiero", voy por la acera y un señor mayor con bastón se hace a un lado quitándose el sombrero y dándome los buenos días. 

Así crece y crece en mí una bola de afecto, gratitud y amor para esos días en que las sonrisas y la amabilidad escasean, haciéndome recuerdar todo lo bueno y la gente bonita que me rodea.





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