lunes, 16 de febrero de 2015

Vete, no quiero morirme todavía!

Te quiero, y creo que no podría ser sin ti.

Hay una voz dentro de mí que me dice que no eres bueno para mí, que me quitas más que me das.

Yo le replico constantemente, le digo que quizás tenga razón, pero que al fin y al cabo eres muy lindo. Que aunque no me das lo que deseo, por lo menos eres alguien con quien compartir mi vida por unos momentos, vacíos de verdad pero llenos de deseo.

La odio, es una enterada. La censuro, la amordazo, la mataría, pero afortunadamente no la he mermado del todo.

Así qué la pongo en "pause".

Mientras tanto sigo con mi trabajo autodestructivo. Estoy tan orgullosa de mí, del esfuerzo que hago por nuestro "amor".

Me ocuparía de mí, pero soy tan especial y maravillosa, que prefiero ocupar mis días salvándote de ti mismo.

Hoy me miré en el espejo, y vi a otra. Tenía la piel arrugada, seca y sin brillo. 

Luego fui a tu casa, a salvarte de nuevo. Te vi tan lindo, tenías la piel de seda, brillabas más que el sol.

Mientras nos tomábamos un café, me vi en tus ojos... Me vi mate, como en el espejo esa mañana.

Quise decírtelo, pero tu brillabas tanto, que no quise contagiarte mi color...

Tú te diste cuenta, me dijiste que ya no era la mujer de la que te habías enamorado, que ya no brillaba... Dijiste que no lo aguantabas más, que ya no me querías...

Me fui a casa, no paraba de llorar...

Me miré en el espejo, y vi brillar la parte de mi cara que las lágrimas habían cubierto...

De repente empecé a reír, no podía parar... Y el brillo fue haciéndose cada más intenso, cubriendo lo que me quedaba de cuerpo... 

A la semana siguiente nos encontramos por causalidad... Me vi de nuevo en tus ojos, pero brillante esta vez, como soy yo cada vez que recuerdo la vida como es.

Tú estabas opaco, en blanco y negro, sentí lástima y cogí tu mano... Pude ver cómo mi brillo me abandonaba para cubrirte a ti...

Te dije que te quería mucho, que agradecía cada momento a tu lado, que te deseaba feliz travesía sin mí... Te abracé, y algo maravilloso sucedió....

Me vi brillar como pocas veces antes lo hice, y mi luz pasaba a ti sin abandonarme, no dejaba de ser para que tú fueras...

Dijiste que me querías, que te diera otra oportunidad.

Entonces vi salivar a la arpía que me habita. Pensaba que era una oportunidad perfecta para quedarnos a tu lado. Deseaba utilizar sus artimañas de manipulación para hacerte creer que no podías vivir sin mí, escudándose en..." Hago y digo lo mejor para ti", pero no es cierto, no la creas.

Lo hace para que sigas dependiente, para controlar tus pasos y decisiones.

No se da cuenta que al final las que salimos perdiendo somos nosotras. Cambiando de color y de brillo según la sombra que tú nos quieras dar.


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