domingo, 15 de febrero de 2015

Despacio....

A veces tengo mucha prisa. A veces ni siquiera sé porqué tengo prisa. 

Sólo sé que me descubro corriendo sin correrme todo el rato. 

Esta semana cuando me vi en esa prisa, me paré por un momento y me dije..."Pero, ¡¿a dónde vas? Si ya estás aquí!

Y me di cuenta de lo realmente importante, "estoy justo donde tengo que estar", y ahora me encanta el lugar que ocupo. 

Estoy en paz. 

Anoche mientras me dormía, oía mi respiración. El regalo de la vida entrando y saliendo despacito de mí. 

Tomar, soltar, tomar, soltar... Como todo lo que nos acontece en nuestro camino vital. 

Tantas veces buscando maestros y sabiduría fuera de mí, cuando en realidad lo tengo todo dentro.

Todo se reduce a ese "insignificante" y cotidiano intercambio de gases. Es tan esencial y básico, que ni siquiera necesita de nuestra consciencia para realizarse. 

Pero el momento en el que somos conscientes de tremendo regalo y poder, es maravilloso.

Escuchaba mi corazón, esa percusión mágica que me acompaña desde el vientre de mi madre. Esa música poderosa que me envuelve cada día dándome aliento.

Mi banda sonora, mi "arroró"... Me hizo recordar que no estoy sola, que no necesito a alguien para ser...

Me sentí tan bendecida y afortunada.... 

Me sentí protegida, arropada por algo más poderoso que yo, pero que al mismo tiempo no podría manifestarse si yo no existiera. 

Me sentí nada y todo, vida y muerte, amor y paz. Era el océano inmenso y la pequeña gota que lo hace junto a otras.

Era cielo y tierra, mujer y hombre, sol y luna. Diosa y dios, arpía y demonio, luz y sombra.

Yo soy parte del Todo y el Todo al mismo tiempo. Soy atemporal, sintiendo el tiempo deslizarse por propia elección, por puro placer.

Me mato a posta todos los días un poquito para resurgir a posta más sutil y ligera. Con menos peso y más vida.

Eso soy.... Eso es...

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