sábado, 20 de septiembre de 2014

Las personajas que me habitan

Otra vez en mi pueblo.
Otra conversación despertador.

-¿A dónde vas, si no puedes correr?
-Pues por eso...¿Para qué vamos a pelear si no podemos huir?

Yeahh!!! Qué verdad más verdadera!
¿Cuántas veces nos peleamos al día con nosotros, con los personajes que nos habitan? ¿Y para qué, si no podemos huir de nosotros mismos?

Reconozco a muchas personajas, cada vez estoy más en paz con mi bipolaridad, o más bien, multipolaridad. Hablaré de cuatro de ellas: la Princesa, la Reina, la Puta y el Hada.

La Princesa es dulce, no quiere conflictos y sueña con su príncipe azul. Así que se encandila con cualquier sapo que le prometa lo que quiere escuchar. Su útero palpita suave, confiado, y cuando le viene la regla, usa compresas. No quiere que una espada de papel mancille su tierno sexo mientras espera la de su príncipe azul, firme y decidida.

La Reina es fría e independiente, si cree que pelear es la mejor opción para defender su reino, lo hará. Su útero palpita seguro y desconfiado a la vez. No cree en la palabra del hombre, y para ella, mostrar su amor o reconocer que necesita a alguien a su lado, es un signo de debilidad. Cuando menstrúa, utiliza tampax, porque ella decide en cada momento que meterse en su regio coño.
Ella le daría un tollo de buena gana a la princesa.

La Puta es bondadosa y sincera. No le gusta discutir, aunque no teme decir la verdad. Su útero palpita placentero y ansioso, porque cree que puede amar a muchos, sanarlos con su calor. Cuando está en luna roja, recoge su sangre en una copa vaginal. Le encanta tocar y oler sus fluidos, quiere experimentar lo que sienten sus amantes cuando los invade de rojo.

Ella le daría dos tollos a las otras dos.

Y luego está el Hada. Ella es empática y amorosa. 


Habla con la Princesa, y le dice que está bien creer en los sueños, le recuerda que no aparque su vida mientras espera que se hagan realidad. Aclara que el príncipe tiene muchos colores, incluso puede llegar a ser marrón, que esa no es su responsabilidad, porque su jabón sólo funciona en su cuerpo, no quita las manchas de nadie más.


Habla con la Reina y le sonríe. Le dice que admira su fortaleza, y que ésta no está reñida con el amor expresado. Aclara que los hombres que conoce, no son los de su cuento, porque ella no se ha permitido todavía conocer realmente alguno. " Mientras sigas creyendo en los cuentos de otras, no podrás escribir el tuyo, permítete amar, ser amada, equivocarte y acertarte"


Habla con la Puta, y le reconoce su capacidad para amar a todos. Le susurra que sea sincera consigo misma, y que antes de querer sanar a otros, debería sanarse ella, para poder amar desde ese lugar donde no esperas nada de nadie, ni siquiera que se salven.


El Hada tiene un útero que palpita lleno de amor y deseo. No le interesa conocer al amor de su vida, porque ya lo tiene, y lo reconoce en ella, en todo, en todos y en todas l@s que le rodean.Cuando siente su menstruación da las gracias y honra el regalo de poder dar vida o no cada mes. Entonces quiere compartirlo con la naturaleza. Se va a la marea o a la montaña, a un lugar donde pueda destilar sin barreras, y se mezcla con las maravillas que allí hay.


Cuando alguna de las otras tres se quiere pasar de la raya, ella se come un buen trozo de chocolate camury con pasas y almendras, se toma una coca-cola bien fresquita y se lía un cigarrito.
Pues sí! Qué pasa? Ya bastante tiene con intentar mantener el equilibrio entre las tres primeras como para encima ser perfecta.


Porque ella el cuento de la perfección y los otros tres, se los pasa por el forro de sus alas.




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