miércoles, 24 de septiembre de 2014

Durmiendo con ángeles

Anoche, mientras me quedaba dormida entre mis hijas, Maya a la derecha y Salma a la izquierda, las miraba.
Miraba como sus ojitos se iban rindiendo ante Morfeo, como sus bracitos se relajaban con esos pequeños "tembliques" tan graciosos.
Sentía el calor que emanaba de sus cuerpos y olía ese dulce aroma que llegaba a mí desde sus bocas de azúcar con sus suaves alientos.

Entonces me di cuenta de lo afortunaba que soy y una voz me lo confirmaba, "no siempre van a querer dormir contigo y regalarte todo esto que estás sintiendo ahora".

Y así lo sentí. Sentí que debo disfrutar de esos preciosos momentos, sentí que no es necesaria la prisa de querer que duerman solas y sentí la importancia de escuchar a mi corazón.
Él es el que sabe lo que me interesa y lo que es mejor para mí y para mis hijas.

Al día siguiente recordé el mensaje y la importancia del amor expresado, así que no paré de darles besos y las gracias por los regalos que me hacían todos lo días con su divina y sabia presencia.

Estas palabras las escribí hace tres años, y todavía hoy, sigo disfrutando de tremendo regalo.

Nuestra cama es un campo de batalla donde peleamos con almohadas y cosquillas, para firmar más tarde la paz con besos y abrazos, a veces a dos, a veces a tres.
Es nuestro círculo sagrado, donde compartimos las frustraciones, los miedos, incertidumbres, cotilleos, ilusiones y anécdotas diarias.

Aunque a veces, he de admitir que me siento como un amante entre dos amores.
Intento dar los besos bajito a Maya para que Salma no se sienta celosa y viceversa. Y si en algún momento no puedo poner el "mute" al amor, y éste estalla en "dolby surround", siempre tengo cuidado de dar en igual proporción desmesurada a cada una de ellas.

La única desventaja, si es que se le puede llamar así, son los comentarios de los que me rodean.
"¡Ufff, qué va, que va, que va... Eso es malísimo para las niñas y para ti!!! Así no van a querer dormir solas, o fuera de casa, o les va a costar desapegarse... ¿ Y qué harás tú cuando tengas pareja?"
 Bla, bla, bla, bla....

¿Por qué dicen todo esto? ¿Realmente es por ayudar y porque están preocupados? ¿O simplemente sienten desasosiego o frustración por no haber sido capaces de seguir sus instintos y los de sus bebés y no tan bebés?

Mis hijas descansan muy bien sin mí, es más, a veces están deseando quedarse en casa de alguna amiguita. Entienden perfectamente que en ocasiones tengan que dormir con la abuela o la tía porque mamá o papá no pueden disfrutar de su compañía esa noche, o simplemente porque tienen otros planes donde también disfrutan.

Y con respecto al desapego, ya veremos qué ocurre en la adolescencia con todas sus hormonas a mil, donde mamá deja de ser la más guapa y mejor del mundo, para convertirse en la horrible madrastra del cuento. Probablemente entonces, estarán deseando dormir solas o con su príncipe azul, no con esa mujer gritona y corta-rollo que algún día reconocieron como madre.
¡Ay que me cago toa!!! Espero que no sea tan radical.

En mi caso también lo llevo bien. Y cuando quiera disfrutar de la compañía de alguien en casa al mismo tiempo que están mis hijas, ya veré de qué manera lo hago. Siempre priorizando la comodidad de ellas y la mía propia. Desde luego, no es algo que me quite el sueño ahora mismo, nunca mejor dicho.

¡Mil gracias Salma y Maya, por haberme elegido para bendecirme con el regalo de su confianza y amor!

Y gracias a ti también Carol, por normalizar e informar cada día sobre la crianza con apego.
www.doulalaspalmas.com


No hay comentarios:

Publicar un comentario