lunes, 29 de septiembre de 2014

Quiero vomitarte

Quiero comerte...
Eres tan apetecible...
Me encanta olerte, chuparte, saborearte, deborarte.
Me deleito con la manera de salpimentar que tienen tus ojos y tu sonrisa cuando bates tu cuerpo debajo, detrás o encima del mío.
Me derrito del gusto que me produce la degustación de cada gramo de tu piel.
Pero me enfado contigo, y te odio, porque eres tú el que racionalizas esos gramos a tu antojo, sin importarte mi costumbre de hacer cinco comidas al día.
No tienes ningún reparo en someterme a una dieta totalmemte insípida y baja en proteínas.
Y no me enfado conmigo, ni me odio, pero no me comprendo.
No entiendo cómo soy capaz de soportar un menú tan paupérrimo.
Un menú lleno de mentiras, estress, falsas esperanzas, promesas incumplidas, excusas sin pedido a domicilio...
No entiendo cómo me vuelvo loca buscando en mi despensa ingredientes tan antinaturales como... paciencia glaseada con ira, sonrisa flambeada con frustración, esperanza aderezada con desesperación.
Aún así quiero comerte y regurgitarte, para hacerte nuevo, a mi antojo y semejanza.
Pero no soy capaz, porque sé que la receta es injusta cuando es elaborada por sólo uno de los comensales.
Porque me quedaría sólo con tu parte comestible, obviando el sabor que le darían tus espinas al caldo.
Por eso quiero jartarme, embostarme de ti. Una, o dos, o mil veces más. Para sobresaciarme, y poder así vomitarte completo, sacándote entero de mí.

domingo, 28 de septiembre de 2014

En la boca del lobo


Érase una vez Caperucita Roja hablando con su abuelita:

-Abuelita, abuelita, háblame de los hombres.

-¡Buff! Cuídate de los hombres Caperucita. No son de fiar.
De primeras no creas en la palabra de un hombre, es egoísta y sólo mira por su interés. No le muestres tus flaquezas, para que no se aproveche de ti, pero tampoco tu fortaleza, para que no se sienta intimidado. Y sobre todo, nunca le des a entender que le deseas. Nunca des el primer paso, aunque te estés muriendo de ganas por verle.

¡Qué jodía la abuelita! Metiendo a saco la desconfianza y el miedo en el corazón de Caperucita, deseoso de experimentar y sentir amor. Así van las relaciones entre hombres y mujeres, cada vez más perdidos en el laberinto de las presunciones y preconcepciones, sin permitirse vivir la experiencia en sí.

Pero todo esto viene de muy atrás. Vamos si no a tomarnos un cafecito al inframundo con Perséfone y Hades.

Para ponerles en antecedentes, les hablaré primero un poco de ellos y su historia de amor.

Perséfone, según la mitología griega, era hija de Deméter, diosa de la agricultura, y Zeus, dios y padre de hombres y dioses. Fue raptada y sometida por su tío Hades, dios del inframundo, hermano de sus padres.
Entonces, Deméter cayó en una profunda depresión, negándose a seguir cuidando de la tierra fértil, convirtiendo ésta en estéril, y sometiendo a la humanidad a una insoportable hambruna.
Zeus no lo soportaba más, así que envió a Hermes, dios alado y mensajero entre los mundos, a rescatar a Perséfone.
Perséfone no podía tomar bocado de ningún alimento que proviniese del inframundo, o debería permanecer en él.
Hades no quería perder a su sumisa y hermosa esposa, por lo que le dio a probar una granada. Perséfone, aún sabiendo que eso sería su condena, comió unas cuantas pepitas.
Zeus arregló el conflicto con un pacto. Perséfone pasaría seis meses con su madre en la tierra y seis meses con su marido en el inframundo.

Sí... Ya sé que este mito tiene miles y miles de años. Pero...¿Soy yo, o esta película se repite día sí día no a nuestro alrededor?

Una madre que entra en depresión cuando su hija se independiza, al lado o no de un hombre, da igual si bueno o malo. Lo relevante para ella, es que ya no va a ser indispensable, y que tendrá que aprender a vivir con su amor compartido.
Una mujer que aunque viva un infierno en su relación, cae ante la tentación y las promesas dulces de su pareja, que aprovecha el momento de la rebelión  para mostrar la mejor versión de sí mismo.
Un juez todopoderoso que ejecuta sentencias sin prácticamente tener en cuenta las múltiples y diversas situaciones y características de los implicados.
Un héroe que es enviado por los padres de la novia para ser rescatada, porque no confían en su propia hija, y en que ésta será capaz por sí misma de tomar sus decisiones.

Bueno, vamos pues a hablar con los protagonistas. Y vamos a intentar escucharles con atención y sin interrumpir con prejuicios. Así evitaremos cometer el mismo error que la abuelita de los huevos.

-¡Joder, vaya plan! ¿No, Perséfone? Medio año con tu madre dependiente,  y medio año con tu marido infernal. Seguro que tú eres la creadora de frases tan míticas como... "¡Ay mi niña, esto no es más que un valle de lágrimas, aquí hemos venido na más que a sufrir!

-¡Jajajajajaja! Pues sí Lola, tienes razón.

-¿Podrías explicarme como sobrevive tu historia de amor con Hades siglo tras siglo?

-¡Buena pregunta! Supongo que porque es lo que conozco, porque me siento segura, porque a pesar de todo le amo, porque me he acomodado, y porque tiene una verga que me sube al séptimo cielo cada vez que me la mete. Aunque ese cielo se transforme, en sólo unos segundos, en la azotea, y su verga en la liña donde tiendo sus calzoncillos.

-¡Jajajajajajaja! Me meo contigo Perséfone.

-Lola, todo no es siempre blanco o negro. Sé que un mundo maravilloso se abriría ante mí si decidiese salir de éste que parece oscuro y tenebroso. De hecho, lo compruebo cada seis meses cuando subo a la Tierra y ésta estalla en vida y colores, celebrando mi llegada, que no casualmente coincide con la primavera.
Lo que ocurre, es que mis células ya están acostumbradas al drama, y dejar de vivirlo, sería muy doloroso para ellas. Sería exponerlas a la incertidumbre, y yo no soporto causar dolor.
Por eso también me quedo con Hades. Sé que me ama, aunque a veces no lo soporte y me castigue por ello.
Y en el fondo si lo pienso, es puro egoísmo y soberbia por mi parte también. Porque me otorgo el poder de salvarle de sí mismo, infravalorando su capacidad de superación, al pensar que sin mí no será consciente de la belleza que le rodea.
Además, sobre toda esta historia de sometimiento, se basa el sistema patriarcal. Y no es responsabilidad de los dioses destruirlo. Está en manos de mujeres y hombres como tú, que se cuestionan y replantean día a día cuál es su papel principal e individual para entrelazar las tramas de cada uno y conseguir así en equipo el cambio de paradigma.

-¡Wuau! Lo tienes bastante claro, aunque desde fuera pueda parecer lo contrario.Me voy un ratito a hablar con tu marido. Voy a aprovechar ahora que parece que está fresquito.

-¡Hola Hades! Perdona que sea tan directa, pero...¿Eres tan capullo como te pintan? Por no decirte otra cosa y nombrar a las putas en ésta historia, no quiero enredarla más todavía.

-¡Jajajajajajajaja! ¡Te sales por la banda, Lola!
Ese es mi papel, ¿no?, ser un capullo.

-¡Sí claro! Pobrecito, eres una víctima del mundo que tú has ayudado a construir, ¿no es cierto?

-Bueno va, ya veo que no te andas con rodeos.
Lola, amo a mi esposa. Es tan bella, dulce e inteligente, que me da un miedo atroz que se de cuenta y se pregunte qué coño hace con un tío tan rudo, simple y conflictivo. A veces quiero dejar de ser tan "yo", pero entonces pienso que ya no me querrá, porque aunque veo su dolor mostrándole esta cara, al final ella siempre decide quedarse. Por lo tanto, si le muestro la otra, quizás no le guste, porque no la conoce, y sea entonces cuando de verdad cumpla sus promesas y se vaya.
Así que aunque le doy placer, al mismo tiempo la someto, para que la rabia vaya congelando poco a poco su corazón. Entonces cuando se subleve, no lo hará desde el amor, sino desde el odio, alimentando así de nuevo siglo tras siglo la guerra de sexos y la división de género, postergando la caída del patriarcado que tan empeñados estamos mis hermanos y yo en seguir perpetuando.

-¡Joder, Hades! ¡Vaya paranoia! Y vaya concepto de ti mismo. ¿No crees que deberías empezar por ahí, por las creencias que tienes acerca ti?

-¡Jajajajajajaja! Lo sé, pero...son tantos años ya siendo y viendo el mundo de esta manera, que me siento viejo y cansado para cambiar.
¿Sabes qué? Me encantaría que un día Perséfone se revelase de verdad, desde el amor que es, y no sólo dijera cuatro cosas bien dichas, sino que las hiciera. Yo sé que ella tiene ese poder, el mismo que me atrae y me asusta a la vez.
Porque eso es lo que deseo realmente, que sea consciente de su valor y lo comparta con el mundo. Eso es lo que queremos los hombres que sustentamos este sistema caduco, que está provocando la destrucción del planeta.
Pero no te preocupes, tenemos los días contados, gracias a hombres y mujeres como tú. Hombres y mujeres que no se creen el cuento del hembrismo o el machismo.

-Bueno...no sé ustedes, pero yo sigo teniendo mis reservas sobre esta historia. Así que me quedo con una frase que Perséfone me dijo por lo bajini:

"Lola, no le tengas miedo al lobo. Cómele la boca, y deja que él te coma las tuyas. Permítete arrastrarte como una perra, eso le pone que te cagas, para levantarte luego como la loba que eres, conocedora y cuidadora de tu santuario, tu propio cuerpo, eso le pone más todavía"

-¡Jajajajajajaja! ¡Es que me la como!!!!


viernes, 26 de septiembre de 2014

Me cago en el whatsapp

El piropo más bonito que me han dicho hasta ahora, ha sido: "Ummm, qué voz más bonita tienen esos ojos".

Me lo dijo un novio italiano que tuve mientras hablábamos por teléfono.

Sí, ya sé que no se puede esperar menos de un italiano, pero el tema no es ése. El tema es... ¿Dónde queda eso con el whatsapp?

¡Me cago en el puto whatsapp!

Ahora incluso se folla por el whatsapp. Y vale, a veces mola. Pero no mola l@s que se quedan ahí y no lo materializan.

Probablemente sea por miedo a no cumplir las expectativas escritas, pero... ¡Me cago en el puto whatsapp!

Y todavía hay gente que no cree en la importancia del lenguaje no verbal.

No me digan que pone más un "ummmmm" escrito, que uno escuchado. Y ya ni te cuento uno sentido o uno lamido.

¡Ummmm...me encantan las onomatopoyas! Digo...¡onomatopeyas!
¡Puto corrector! Porque esa es otra... ¡El puto corrector!!!

En fin, que si alguien quiere poner voz y cuerpo a mis palabras, quedamos para un café y seguimos debatiendo sobre el tema...


Amor

Elijo un amor nuevo. Lo doy, no lo pido, por eso es nuevo.

No es lo que nos han enseñado... "Mira con quién pasas tu tiempo porque no lo recuperarás", "dale tu amor sólo a quien se lo merece", "si no recibes parte de lo que das, no es buen amor"...
En fin, frases ya vacías para mí.

El amor es amor, ni es bueno, ni es de verdad, ni es más, ni es menos, ni es merecido, ni es denegado. Si así fuera, no se llamaría amor, se llamaría quizás conveniencia, moneda de cambio, recompensa...

¡Doy amor, el que simplemente es!

Me da igual si me lo devuelves o no, o si lo compartes con alguien más, o si lo utilizas a tu favor. ¿No es eso lo que queremos?¿Que la persona que tengamos al lado sea feliz?
Entonces, ¿porqué le damos tanta importancia a ser reconocidos y recompensados?

"Mamá, quiero a un hombre que esté a mi lado realmente. A mí los hombres no me han hecho daño"

Amo con mi mente, con mis ojos, con mi nariz, con mis oídos, con  mi boca, con mi cuello, con mis hombros, con mis brazos, con mis manos, con mis dedos, con mi pecho, con mi vientre, con mi sexo, con mi útero, con mis caderas, con mis muslos, con mis piernas, con mis pies.

Amo mis ideas, mis miradas regaladas, el olor de mis cachorras y mi amante, el sonido de mi voz y sus jadeos, los besos degustados, su descanso en mi cuello y en mis hombros, los abrazos apretados  y suaves, las caricias con ternura y con lujuria, las mariposas, los jugos del placer, mi parto a cada instante, el baile de la vida, el calor húmedo, la decisión, mis pisadas firmes...

Y todo ésto lo doy, por eso lo recibo y lo agradezco, continuamente, cada día de mi vida.



jueves, 25 de septiembre de 2014

Margullo y sigo respirando

No podía dormir. Muchas "Lolas" en mi realidad, gritando, robándose el sueño unas a otras, produciendo un maremoto emocional.

Y yo en medio, margullando, sin aliento, y respirando aún así.

Entonces escuché a los que saben del Mar, a las sirenas y a los marineros.

"No discutas con el Mar, nunca le vas a convencer. Descansa sobre tu espalda y déjate llevar. Confía en ti y en él. Si no le llevas la contraria, siempre te sorprenderá con un puerto mejor"


Nota aclaratoria: la de la foto no soy yo. Es una sirenita a la que adoro.


miércoles, 24 de septiembre de 2014

Durmiendo con ángeles

Anoche, mientras me quedaba dormida entre mis hijas, Maya a la derecha y Salma a la izquierda, las miraba.
Miraba como sus ojitos se iban rindiendo ante Morfeo, como sus bracitos se relajaban con esos pequeños "tembliques" tan graciosos.
Sentía el calor que emanaba de sus cuerpos y olía ese dulce aroma que llegaba a mí desde sus bocas de azúcar con sus suaves alientos.

Entonces me di cuenta de lo afortunaba que soy y una voz me lo confirmaba, "no siempre van a querer dormir contigo y regalarte todo esto que estás sintiendo ahora".

Y así lo sentí. Sentí que debo disfrutar de esos preciosos momentos, sentí que no es necesaria la prisa de querer que duerman solas y sentí la importancia de escuchar a mi corazón.
Él es el que sabe lo que me interesa y lo que es mejor para mí y para mis hijas.

Al día siguiente recordé el mensaje y la importancia del amor expresado, así que no paré de darles besos y las gracias por los regalos que me hacían todos lo días con su divina y sabia presencia.

Estas palabras las escribí hace tres años, y todavía hoy, sigo disfrutando de tremendo regalo.

Nuestra cama es un campo de batalla donde peleamos con almohadas y cosquillas, para firmar más tarde la paz con besos y abrazos, a veces a dos, a veces a tres.
Es nuestro círculo sagrado, donde compartimos las frustraciones, los miedos, incertidumbres, cotilleos, ilusiones y anécdotas diarias.

Aunque a veces, he de admitir que me siento como un amante entre dos amores.
Intento dar los besos bajito a Maya para que Salma no se sienta celosa y viceversa. Y si en algún momento no puedo poner el "mute" al amor, y éste estalla en "dolby surround", siempre tengo cuidado de dar en igual proporción desmesurada a cada una de ellas.

La única desventaja, si es que se le puede llamar así, son los comentarios de los que me rodean.
"¡Ufff, qué va, que va, que va... Eso es malísimo para las niñas y para ti!!! Así no van a querer dormir solas, o fuera de casa, o les va a costar desapegarse... ¿ Y qué harás tú cuando tengas pareja?"
 Bla, bla, bla, bla....

¿Por qué dicen todo esto? ¿Realmente es por ayudar y porque están preocupados? ¿O simplemente sienten desasosiego o frustración por no haber sido capaces de seguir sus instintos y los de sus bebés y no tan bebés?

Mis hijas descansan muy bien sin mí, es más, a veces están deseando quedarse en casa de alguna amiguita. Entienden perfectamente que en ocasiones tengan que dormir con la abuela o la tía porque mamá o papá no pueden disfrutar de su compañía esa noche, o simplemente porque tienen otros planes donde también disfrutan.

Y con respecto al desapego, ya veremos qué ocurre en la adolescencia con todas sus hormonas a mil, donde mamá deja de ser la más guapa y mejor del mundo, para convertirse en la horrible madrastra del cuento. Probablemente entonces, estarán deseando dormir solas o con su príncipe azul, no con esa mujer gritona y corta-rollo que algún día reconocieron como madre.
¡Ay que me cago toa!!! Espero que no sea tan radical.

En mi caso también lo llevo bien. Y cuando quiera disfrutar de la compañía de alguien en casa al mismo tiempo que están mis hijas, ya veré de qué manera lo hago. Siempre priorizando la comodidad de ellas y la mía propia. Desde luego, no es algo que me quite el sueño ahora mismo, nunca mejor dicho.

¡Mil gracias Salma y Maya, por haberme elegido para bendecirme con el regalo de su confianza y amor!

Y gracias a ti también Carol, por normalizar e informar cada día sobre la crianza con apego.
www.doulalaspalmas.com


domingo, 21 de septiembre de 2014

No es él...

¿A qué nos referimos cuando decimos, "no es él"?
¿No es quién???

¿El amor de nuestra vida? ¿Qué vida? ¿Ésta, la real, la deseada, la programada?
¿El que nos será fiel de manera carnal, pero estará pensando en las tetas de la vecina mientras nos folla?
¿El que se casará con nosotras, y se olvidará de los votos pronunciados, cuando deje que se instale la rutina?
¿El padre de nuestr@s hij@s, que un día se asustará por la responsabilidad que implican, y no sabrá encajar que ya no ocupe el primer lugar en nuestras prioridades?
¿El que nos lleve el desayuno a la cama, sólo por inercia, aún cuando no tengamos hambre?
¿El que tiene la casa como una patena, olvidando cuidar de los detalles?
¿El que nos ponga cachondas todos los días, para satisfacer  su sed, sin tener en cuenta si nuestro pozo está húmedo o seco?
¿El que se ofrezca para llevar nuestro bolso, sin plantearse si hay algo que nos pesa aún más?
¿El que gane 2000€ al mes, para que nos quedemos en casa siendo y rellenando floreros?
¿El que se enamore de nuestras alas, y luego esté deseando atarlas, si nuestro vuelo es más alto que el suyo?

No sé quien será, porque ni siquiera sé quien soy yo, si es que alguna vez fui...
Me estoy reinventando y contradiciendo a cada momento, y creo en el derecho de quien esté a mi lado a hacer lo mismo.

Por eso no me creo ese cuento de... " no es él"
Por eso no creo en las promesas, porque nos sugieren permanecer estáticos.
Y porque después de metido, no hay nada prometido.
¿O ese era otro cuento???

Gracias Hermi, por compartir tu sabiduría conmigo y no juzgarme.
www.Hermiorihula.com


sábado, 20 de septiembre de 2014

Sueño con un hombre.

Sueño con un hombre. Es precioso, y lo sabe, pero no lo reconoce cuando me ve en su espejo.
Es valiente y sagaz, y se lo cree, pero tiene la necesidad de demostrarlo para que los otros también se den cuenta.

Desde chiquitito estuvo hambriento de ser, pero su familia lo atiborraba de conceptos sociales y morales, conceptos que chocaban con la sabiduría de su alma.
Dios mío, nos parecemos tanto.

Así que decidió crear su propia cocina.
Elaboraba deliciosos platos, y hacía una alquimia exquisita transformando teorías sin esencia para él. Sólo que poco a poco, por inercia, fue subiendo más y más las murallas que rodeaban su cocina.

Siempre que viene a verme en sueños me envuelve con su cuerpo, haciendo makis con mi piel, porque sabe que adoro la comida japonesa, sólo que a veces la comida se convierte en lenguaje, y no le entiendo porque me habla en japonés.
Pero siempre termino comprendiéndole, porque me besa con los ojos abiertos, mostrándome lo que realmente es.

No se fía de mí cuando le digo que le quiero, porque piensa que no se puede amar de verdad a alguien que sólo está en tus sueños, como si fuera posible amar de mentira alguna vez.

Entonces acaricio su piel suave, y él a mí. Los dos tenemos puitas inapreciables en las manos, puitas que hacen cortes milimétricos, cortes por los que sale el veneno que otros inyectaron en nuestro cuerpo. Lo sabemos, conocemos ese poder, pero nos hacemos los locos, y no nos importa, porque comprobamos cada día que la magia siempre es real, creas o no en ella.

Cada vez que me visita en sueños hacemos el amor. Unas veces vestidos, otras desnudos, a veces follando, a veces hablando, a veces riendo, a veces discutiendo, en japonés, siempre en japonés.

Todavía espera el amor de su vida, y sabe que ya lo ha encontrado. Lo reconoce en el niño que hacía alquimia, en la cocina, donde la pasta que unía los muros de la muralla se ha ido derritiendo porque era de mantequilla. Aún así sigue creyendo que ese amor vendrá desde fuera, como el mesías.

Anoche volvió a verme, no decía nada, muy extraño en él, sólo me miraba, sin besarnos. Abrió su camisa y se quitó la coleta que sujetaba su pelo largo, entonces las vi. Eran las alas más bellas que he visto nunca.
Me dijo: "ahora lo entiendo"
Se acercó muy despacio, me quitó el vestido y las vio, eran las alas más hermosas que había visto jamás.

Desde entonces no hemos vuelto a hablar
en japonés, sólo cuando le digo que recoja los pelos del baño.


Las personajas que me habitan

Otra vez en mi pueblo.
Otra conversación despertador.

-¿A dónde vas, si no puedes correr?
-Pues por eso...¿Para qué vamos a pelear si no podemos huir?

Yeahh!!! Qué verdad más verdadera!
¿Cuántas veces nos peleamos al día con nosotros, con los personajes que nos habitan? ¿Y para qué, si no podemos huir de nosotros mismos?

Reconozco a muchas personajas, cada vez estoy más en paz con mi bipolaridad, o más bien, multipolaridad. Hablaré de cuatro de ellas: la Princesa, la Reina, la Puta y el Hada.

La Princesa es dulce, no quiere conflictos y sueña con su príncipe azul. Así que se encandila con cualquier sapo que le prometa lo que quiere escuchar. Su útero palpita suave, confiado, y cuando le viene la regla, usa compresas. No quiere que una espada de papel mancille su tierno sexo mientras espera la de su príncipe azul, firme y decidida.

La Reina es fría e independiente, si cree que pelear es la mejor opción para defender su reino, lo hará. Su útero palpita seguro y desconfiado a la vez. No cree en la palabra del hombre, y para ella, mostrar su amor o reconocer que necesita a alguien a su lado, es un signo de debilidad. Cuando menstrúa, utiliza tampax, porque ella decide en cada momento que meterse en su regio coño.
Ella le daría un tollo de buena gana a la princesa.

La Puta es bondadosa y sincera. No le gusta discutir, aunque no teme decir la verdad. Su útero palpita placentero y ansioso, porque cree que puede amar a muchos, sanarlos con su calor. Cuando está en luna roja, recoge su sangre en una copa vaginal. Le encanta tocar y oler sus fluidos, quiere experimentar lo que sienten sus amantes cuando los invade de rojo.

Ella le daría dos tollos a las otras dos.

Y luego está el Hada. Ella es empática y amorosa. 


Habla con la Princesa, y le dice que está bien creer en los sueños, le recuerda que no aparque su vida mientras espera que se hagan realidad. Aclara que el príncipe tiene muchos colores, incluso puede llegar a ser marrón, que esa no es su responsabilidad, porque su jabón sólo funciona en su cuerpo, no quita las manchas de nadie más.


Habla con la Reina y le sonríe. Le dice que admira su fortaleza, y que ésta no está reñida con el amor expresado. Aclara que los hombres que conoce, no son los de su cuento, porque ella no se ha permitido todavía conocer realmente alguno. " Mientras sigas creyendo en los cuentos de otras, no podrás escribir el tuyo, permítete amar, ser amada, equivocarte y acertarte"


Habla con la Puta, y le reconoce su capacidad para amar a todos. Le susurra que sea sincera consigo misma, y que antes de querer sanar a otros, debería sanarse ella, para poder amar desde ese lugar donde no esperas nada de nadie, ni siquiera que se salven.


El Hada tiene un útero que palpita lleno de amor y deseo. No le interesa conocer al amor de su vida, porque ya lo tiene, y lo reconoce en ella, en todo, en todos y en todas l@s que le rodean.Cuando siente su menstruación da las gracias y honra el regalo de poder dar vida o no cada mes. Entonces quiere compartirlo con la naturaleza. Se va a la marea o a la montaña, a un lugar donde pueda destilar sin barreras, y se mezcla con las maravillas que allí hay.


Cuando alguna de las otras tres se quiere pasar de la raya, ella se come un buen trozo de chocolate camury con pasas y almendras, se toma una coca-cola bien fresquita y se lía un cigarrito.
Pues sí! Qué pasa? Ya bastante tiene con intentar mantener el equilibrio entre las tres primeras como para encima ser perfecta.


Porque ella el cuento de la perfección y los otros tres, se los pasa por el forro de sus alas.