jueves, 3 de marzo de 2016

Estreñimiento sexo-afectivo

En mi casa, de pequeña, las lágrimas eran censuradas.

En mi caso, de adulta, me cuesta llorar.

Las lágrimas se sufrían en silencio, como las hemorroides, la candidiasis, la prostatitis.

Enfermedades todas producto del estreñimiento sexo-afectivo que padecemos algunos por penetrar culos que se cagan en Dios, permitir la entrada de poyas amargas y meternos con coños estresados.

Algunos dicen que lo que escribo no tiene ni pies de cabeza. 

Exacto, a veces es así porque las lágrimas que no lloro son palabras paridas con mis entrañas, sin filtro mental socio aplicado.

Este mundo políticamente correcto ya no me sostiene.

Me estoy inventando uno nuevo, que por fortuna me están ayudando a crear otros y otras tanto locas y locos como yo.

Es un mundo donde podemos ser esa parte de nosotros que nos dijeron no tenía sentido.

Y con sentido propio vamos ahora por la vida, recordando cómo se lloraba y cuál es el verdadero nombre de las cosas.

Diciendo verdades como caricias y amando sin miedo a ser asustados.

Soy de esas personas que dicen gracias, por favor, lo siento, te amo, buenos días, hostia puta, qué rico eres, estámpame contra la pared, elijo descansar en ti.






No hay comentarios:

Publicar un comentario