Un Amor que despierte en mí lo mismo que deseo.
Ahora ya sé que no me muero sin él, pero lo necesito para vivir a través de él.
Me harté de quereres corridos, estresantes.
Quereres con ojitos de animalillo degollado diciendo "vale, me quedo con lo que me des".
Quereres de miradas altivas diciendo "quédate si quieres, pero yo fluyo"
Me cansé de vivir corriendo sin correrme, de que me jodieran con poyadas pero sin poya.
Ya no quiero seguir mutilándome en pos de quereres a medias.
Morí todas mis partes suicidas.
Ahora me entrego a la vida, al Amor, al que es, al que no se define, al que me sale de dentro desbordándome e inundando al otro.
Ya no me asustan las promesas, no me da miedo creérmelas.
Me entrego con todas sus consecuencias, me da igual si son ciertas
o no, si permanecerán en el tiempo o no.
Lo único que me importa es vivirlo.
Y sí, a veces me cago de miedo, pero ya no me siento vulnerable.
Ese Amor nuevo nace de mí, de mis ganas merecidas.
Me lo creo, es un Amor con esperanza cierta, por eso confío.
Porque pase lo que pase, ya me pertenece.

No hay comentarios:
Publicar un comentario