viernes, 10 de febrero de 2017

Latencia

Siempre hay un período de latencia entre los grandes saltos mortales que damos en la vida.

Uno de esos períodos, con la relatividad que me regala la experiencia, se ha convertido en uno de los más divertidos.

Lo que antes precisaba una reanimación cardio-pulmonar avanzada, ahora me lleva sólo un par de ampollitas de atropina y ya.

Lo que ayer era el más espantoso y mediocre de los dramas, hoy es la más desternillante y paradójica de las comedias.

El período del que hablo es ese que sucede entre que dejas de ver a alguien por convicción, porque sabes que no, y lo sabes!! Y de repente, vuelves a tener unas ganas enormes, espantosas, indignantes e inhumanas, porque aplastantemente es algo animal, de contactarle.

Stop!!! Párate!!! Quédate tranquilita!!! Respira, mastúrbate, baila, ríete, vete a la playa y deja que los rayos del sol te penetren, o vete al campo y deja que La rama de un árbol te  tire del pelo.

Llama a una amiga o mándale el mensaje que le enviarías a él. Cuéntale tu problema de adicción a esas testoteronas que sabes no te convienen, por tanto no te interesan.

Este lapso de tiempo lo comparo con el momento del parto. Es justo cuando vas a pedir la epidural porque piensas que no eres capaz, que duele mucho, qué vas a enloquecer, que te vas a morir...

Si dejas que ese momento te atraviese sin drogas ni parches, lo que sucede luego es maravilloso, un mundo nuevo donde tú eres la reina. Te sientes poderosa, hermosa, orgullosa por parir a tu bebé y parirte a ti.

Pues igual lo otro. Aguanta, resiste!!!

Piensa que es momentáneo, que no eres tú. 

Puede ser la luna, pero tranquila, sus fases sólo duran unos tres días.

O que estés ovulando, tranquilita, ese puto folículo también tarda como unos tres días en reventar y soltar el óvulo, y con él tus males, como dice mi hermana elegida, Natalia.

O que las células de tu cuerpo se hayan hecho adictas a la emoción del abandono y el reencuentro, esta causa es más puñetera que las otras y quizás precise más paciencia.

Tranquilita mi amor, todo son fases, procesos, presexos, postadicciones que se superan con humor y amor.




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