-¡Claro! Espero disfrutar de momentos tan ricos como éste cada vez que lo queramos tú y yo.
-¿Desearías compartir momentos ricos con alguien más?
-No lo sé. Sólo sé que lo que está ocurriendo ahora me encanta.
¿Cuántas veces nos perdemos lo cierto en pos de la pedrada?
¿Cuántas veces dejamos de disfrutar lo que tenemos en frente pensando en posibles películas de terror?
Estamos sufriendo en el paraíso.
¿De verdad quieres que te diga que serás el hombre de mi vida? ¿Me creerías?
Puede ser que sí y puede ser que no.
¿Cómo puedes saber que quedarte conmigo sería lo mejor para ti?
Entonces, olvidemos las promesas, no valen nada porque la vida es cambio constante. Tú y yo somos distintos a cada rato.
Démonos la libertad de cambiar de opinión, de contradecirnos, de ser honestos con nosotros mismos.
Reconozco tu libertad y me rechifla que la quieras compartir conmigo en momentos elegidos con ganas sinceras.
Dime y haz lo que quieras cuando quieras, yo decidiré si te acompaño o no desde la misma libertad.
Cuántas maravillas nos perdemos estancados en lo que podría ser. Cuántos besos, caricias, ruidos de amor tirados por el water de "pensará que soy...me dirá que no..."
Yo lo quiero todo, no me voy a quedar con las ganas de intentarlo.

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