jueves, 14 de mayo de 2015

Me lo merezco, y tú también

Sé que soy muy afortunada, vivo contínuamente rodeada de amor, y hoy lo he sentido a raudales.

Primero vi a una de mis mejores amigas y compartimos confidencias, pensamientos, dudas y lecciones, y me llené de amor.

Luego vi una peli de esas románticonas que me encantan y me llené de amor.

Entonces tuve el impulso irrefrenable de ver a mis cachorritas y compartir todo aquel amor. 

Cuando llegué a casa de su papá, les sorprendí mientras preparaban la cena juntos, y me llené de amor.

Recordé que hace once años conocí al padre de mis hijas y me llené de amor.

Cuando salí a la calle vi a un amigo del cole que bailaba los papagüevos con más amigos en la fiesta del pueblo, me saludó como si no hubieran pasado 20 años y me llené de amor.

Todo el rato nos están pasando cosas buenas, pero no las apreciamos. Lo tenemos delante de la cara y no lo vemos.

Sin embargo pocas cosas malas nos pasan y las vemos todo el rato, aunque no hayan ocurrido. Es como cuando das marcha atrás en un garaje y no ves ninguna columna, aún así esperas el golpe.

¿Por qué? Yo me estoy quitando. 

Ahora voy despacio, miro y veo lo que me rodea. Escucho y oigo todos los sonidos. Abrazo y siento cuerpos que abrigan almas.

Ya no diferencio amores... Amor por mis hijas, amor por mi familia, amor por mis amigos, amor por mi profesión, amor por mis amantes.... 

Todo es el mismo amor, por eso ya no siento que me falte algo si no tengo una pareja, porque el amor no me viene de fuera, me viene de dentro, me desborda y rebota en todos lados volviendo a mí.

Por eso me merezco todo lo bueno que me sucede, porque el amor cumple deseos.





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