domingo, 31 de mayo de 2015

Elijo a un radical

Ahora que me he permitido sumergirme entre las capas de mi ser, quiero un hombre que no tema des-conocerse, por lo que siempre está dispuesto a recordar.

Ahora que cada vez tengo más explosiones de Amor y quiero compartirlas con el mundo, quiero un hombre que se sepa afortunado por los regalos que tiene dentro y a su alrededor.

Ahora que me siento cada vez más pro-activa, quiero un hombre que convierta la queja en acción y la pereza en movimiento.

Ahora que mi nueva heroína se llama "cachonda enamorada reguetónica", quiero un hombre que le encante bailar sin vergüenza, aunque no sepa, pero que se pegue al ritmo de mis caderas haciendo el movimiento de los dos.

Ahora que he compartido mi cama, mi sillón, mi ducha y el pollo de la cocina con amantes que viven el momento, quiero un hombre que sepa la diferencia entre "fluir" y "huir".

Ahora que no he dormido con hombres con los que he hecho el Amor, quiero un hombre que me sorprenda en la mañana mirándome embelesado al despertarme.

Ahora que me he asombrado con mi capacidad de adaptación y reconstrucción, quiero un hombre que me abrace fuerte para sentir su afecto.

Ahora que me he vuelto a enamorar de mi oficio, quiero un hombre que adore su trabajo, transformando su entorno y a los que trabajan  con él en magníficas canciones que se en-cantan a sí mismas.

Ahora que empiezo a sentirme cómoda entre árboles y montañas, quiero un hombre que ame la naturaleza, que la cuide y respete.

Ahora que mi vida es cada vez más serendipítica, quiero un hombre que hable el lenguaje de las señales, que las sepa interpretar y se asombre con las sincronicidades.

Ahora que me responsabilizo de mis elecciones y no culpo a nadie ni nada por mis circunstancias, quiero un hombre que cuide su alma, cuerpo y corazón.

Ahora que soy capaz de regar mis entrañas sin mangueras ajenas, quiero un hombre que cuide mi jardín por placer, no por compromiso.

Ahora que he aprendido a compartir hombres sin celos ni rencor, quiero uno que se sienta monógamo perdido conmigo.

Ahora que sé que puedo ganarme el pan con el sudor de mi frente y asar castañas con el calor de mi coño, quiero un hombre económicamente independiente que me tenga la cena preparada tras llegar a casa molía después de un turno de 12h, con velas encendidas para calentar el hogar y las ganas.

Ahora que he hecho las paces con mi menstruación, quiero un hombre que me folle con la regla, que no la vea como algo sucio o asqueroso, sino todo lo contrario, algo que es regalado y que en cualquier momento puede dejar de brotar para convertirse en vida.

Ahora que formo equipo con el padre de mis hijas, quiero un hombre que no se sienta amenazado por ello y que entienda que las decisiones con respecto a ellas las tomaré con él.

Ahora que entiendo el Amor tal y como es, en libertad para ser felices juntos y separados, quiero un hombre que no se asuste por el tamaño de mis alas.

Ahora que no me callo por agradar a los demás, quiero un hombre que no me tape la boca, porque sabe que en boca cerrada no entran lenguas.

Ahora que no me asusta que me estampen contra la pared, quiero un hombre que no evite estamparse contra el piso si con ello consigue ser lo que no recuerda.

Ahora que me he "jartao" a succionar veneno hasta crear el antídoto, quiero un hombre que no supure drama por sus heridas.

Ahora que me descojono en mi propia cara, quiero un hombre que me haga el humor todos los días.

Ahora que soy capaz de aprender con mis hijas, quiero un hombre que les muestre que se puede vivir en pareja y en armonía.  

Ahora que me sigo lanzando al vacío a lo kamikaze cuando me enamoro de alguien, quiero un hombre sin rayar, sin pajas mentales hechas por masturbadores sociales, ni siquiera por él mismo.

Ahora que no me muero de Amor, elijo a un radical que viva de Amor.




No hay comentarios:

Publicar un comentario