martes, 13 de enero de 2015

El amor de mi vida

Una vez hablaba con alguien sobre la idea de "la mujer de mi vida o el hombre de mi vida"

No creo en tal afirmación. Creo que a lo largo de nuestras vidas en esta vida y en otras, tenemos miles de amores, tantos como momentos vividos.

Mi primer novio, fue el amor de mi vida, de aquella vida que viví entonces. El padre de mis hijas también, mi amigo y maestro también, y todos los amantes que bendijeron mi cuerpo en algún momento, también.

Todos han estado en mi vida, y a todos los he amado, por tanto, todos son "el amor de vida".

Además, no sabemos cuánto nos qeda por vivir, ni a cuánta gente por conocer, entonces, ¿cómo nos atrevemos a decirle a alguien tremenda afirmación?

Y luego nos quejamos si no nos toman en serio...

De todos modos, supongo que entiendo a lo que se refería.
Supongo que se refería a esa persona que nos intuya, que nos conozca, que nos entienda. En definitiva, que nos ame.

Esa que pueda mantener la calma en los momentos de crisis. La que nos haga reír llorando y llorar riendo. La que se divierta con nuestra locura aunque no la comparta. La que respete el tamaño de nuestras alas. La que nos haga de espejo. La que no se avergüence al llorar en nuestro pecho. La que quiera estar y compartir nuestra vida. La que quiera envejecer a nuestro lado viviendo cada momento intensamente.

Será sincera, por tanto no nos hará promesas ya dichas e incumplidas naturalmente. Promesas tales como..."te seré fiel, te amaré siempre, no soy nadie sin ti, eres el amor de mi vida"

¿En serio todavía hay gente que se traga esta milonga????
¿En serio todavía hay gente tan egoísta que le hace prometer al otro tales deseos, gente que empieza una relación limitándose y limitando al ser que dicen amar???

Yo no quiero promesas, sólo quiero vida, sólo quiero amor.
Si estoy con alguien le amaré. Para mí eso quiere decir que compartiré mi vida con él, con todo lo que implica. No habrá lugar para un tercero.

Y no será porque me lo pida nadie, y menos una norma social, sino porque me sentiré afortunada a su lado y valoraré cada instante con él.

No habrá más que ese momento presente. Y por supuesto que caben planes futuros, los cuales no confundiré con promesas. Es decir, me haré responsable de mí, no del otro. Y aceptaré que en cualquier momento la tortilla se pueda virar.

Sin culpables, sin inocentes. Sólo cuerpos que tienen el derecho de sentir, mentes con el derecho a cambiar de opinión y corazones con el derecho de seguir su camino, sea juntos o no.

No hay comentarios:

Publicar un comentario