viernes, 25 de agosto de 2017

Ama tu vida

Cuando sé lo que quiero y decido quedarme conmigo hasta sentirme haciéndolo realidad, a veces, aparece una hija no reconocida, la impaciencia.

Uno de mis "nuevo mejor amigo", el miedo, me contó uno de sus secretos. Igual ustedes ya lo conocían, yo lo descubrí hace poquito, ahí va..."Yo, el miedo, soy la impaciencia de que lo deseado ocurra"

Así de simple y llano, me dijo esto y se quedó tan pancho.

Si cuando descubres esto no eres capaz de parar un segundo, a veces días, a veces meses, la impaciencia llama a otra de sus coleguitas, "la duda".

Y empiezas a decir cosas como..."y si es que estoy demasiado cerrada, escéptica, exigente....", "y si debo darle otra oportunidad ", "y si necesita más tiempo ", " y si...." Y así una larga lista de posibles razones para quitarnos la razón.

Es entonces que decidimos agarrarnos a cualquier clavo ardiendo, en algunos casos también llamados pollas. Normalmente suelen ser clavos conocidos que utilizábamos como anestésicos temporales para cumplir con los sueños de la bella durmiente que nos enseñaron a ser. Otras veces son clavos recién salidos de la ferretería, con un brillo especial y aparentemente nuevos.

Ya sabemos que "un clavo saca a otro clavo"

Para entonces ya nos habremos olvidado de la mujer segura de sí misma que empezábamos a ser y volvemos al patrón habitual.

Ya nos olvidamos de la bandeja bien grande de 40 piezas de sushi que queremos y volvemos a conformarnos con la de seis que conocemos.

Volvemos a vivir y ver la vida desde la carencia y nos convertimos en aves carroñeras, esperando a los desechos, a los que otras aves majestuosas descartan y decimos que sí a los restos que dejan.

Olvidamos ese plumaje precioso que aleteaba confianza y libertad para amar plenas.

Y todo por no saber respirar mientras hacemos realidad nuestros sueños.

Te deseo que sueñes bonito y que entre sueño y sueño recuerdes respirar.

Aliento de vida, y la vida es amor.

¿Quieres que te amen? Ama tu vida


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