lunes, 31 de agosto de 2015

Lo que queda del amor

A veces huele a amor, sabe como amor y suena como amor, pero no es Amor.

A veces son celos, chantajes, miedo a la soledad, resentimiento.

Me cansé de frotar lámpara tras lámpara buscando al genio. Todos los genios que encontré estaban apaleados, desconfiados, dolidos, acostumbrados a amos que fingían amarles y les prometían su libertad.

Mentira, sólo ganaban tiempo para cumplir sus deseos a costa de ellos.

Así que ellos también mentían y manipulaban.

Nos pasamos media vida rogando, salud, fidelidad, amor, que se quede, que se vaya, que no mientan...

Buscamos la magia fuera de nosotros, hasta que decidimos saltar.

Entonces la magia sucede, no queda más remedio.

Decides vivir la vida en lugar de aferrarte a ella.

Te entregas al misterio, confías y al miedo no le queda otra que desaparecer.

La gente no está acostumbrada a que le amen porque sí. Están acostumbrados a que siempre se les pida algo a cambio, por eso no se fían de quien les ofrece Amor porque sí, porque le da la gana

Cuánto dolor, cuántas excusas, cuánto tiempo perdido.

No quiero seguir perdiendo el tiempo, y no voy a hacer que pierdas el tuyo.

Vibro y vivo sin buscar, te siento cerca, te siento lindo, te siento tú y sé que me sabes cerca, que me sabes linda, que me sabes yo.


lunes, 24 de agosto de 2015

Juzgar el miedo del otro

Lo que para ti es caminar sobre el fuego, para mí es subirme conmigo y mis hijas en un avión.

Hay gente que no puede hablar en público, acercarse a la chica de sus sueños, subir en un ascensor, salir sin móvil a la calle. 

Hay gente que se pone la epidural por miedo al dolor, gente que se queda en relaciones viciadas y conflictivas por miedo a enfrentarse a si mismos, gente que va de flor en flor para no quedarse con una que realmente le guste por miedo a ser dañado, gente que se arrastra ante alguien que prefiere estar sólo antes que con él o ella, por miedo a la soledad.

Y así millones y millones de miedos, como millones de personas hay en el mundo.

¿Cuál de estos miedos es más paralizante, más normal, más perjudicial?

Antes de juzgar el miedo del otro mira al tuyo a los ojos. Sé sincero contigo y abraza la humildad de ser humano.

Me apena que alguien a quien estimo aproveche mi miedo para subir un escalón por encima de mí y señalarme con el dedo.

Y al final me alegro, porque sé quien me quiere bien. Quien quiero que realmente esté en mi vida y en quien puedo confiar.

Me quedo con la gente que me mira a los ojos y me abraza, con la gente que me hace reír aprovechando al miedo y lo pone de nuestra parte.

Tengo mucho que agradecer al miedo. Le agradezco poder mirarme en el espejo temblando, pálida, sudando, con la boca seca, llorando.

Por fin se curó mi estreñimiento lacrimal, por fin puedo llorar, llorarme, llorar a mis ancestros, llorar a los paralizados por el miedo.

El llanto que provoca mi miedo para curarme también les cura a ellos.

Me entrego al miedo, lo siento en mi cuerpo, respiro y dejo que se me escurra hasta los pies y de aquí a la tierra. Lo que es mierda para mí, es abono para ella.

Gracias a los que me señalan y a los que me abrazan. Todos son grandes maestros para mí.

Tengo muchos chamanes y chamanas a mi alrededor que me han dado pócimas y hechizos efectivos.

Y éste es un ejemplo..."No te des tanta importancia, Lola, no se trata de ti. Hay algo más grande esperando a ser manifestado, y eso tan grande, eres  tu misma, esa que quieres ser, la que ya eres en verdad. Salta, estás protegida, y lo sabes".... O algo así....

Salta, salta, salta, salta, saaaaaaaaaaallltaaaaaaaa!!!!!!!!




miércoles, 12 de agosto de 2015

Confianza

Cada vez que te leo siento una punzada en el estómago.

Ya no necesito preguntarme porqué será, sé la respuesta.

Sé que me puede la impaciencia, la incertidumbre.

Entonces me repito el mantra que me viene a la cabeza cada vez más fuerte, "descanso en la paz de la que sabe que su deseo de cumple", pero a veces no consigo apaciguar mi mente.

Mi alma lo sabe todo, sabe que ocurrirá, por eso está tranquila.

Aún así hay una parte en mí que se niega a esperar. Es indomable, y se escapa de mi cuerpo, y atraviesa el océano que nos separa para ir a buscarte.

Llega donde estás y te mira, quiere besarte, lamerte, comerte. Quiere acariciarte, tocarte, apretarte.

Son tan fuertes sus ganas, que logra despertar a la parte de ti que también escapa a tu control.

Y así tu parte mira a la mía, la besa, la acaricia, la aprieta y la penetra sin condón.

Cabalgan extasiadas, tu parte y la mía, estallando en gemidos de placer que nos hacen despertar al mismo tiempo empapados en sudor, con nuestro sexo húmedo y lleno de contracciones de placer.

Dicen que todo sucede por algo, por eso ahora podemos agradecer las circunstancias que, de pequeños, hicieron que nos refugiáramos en nuestra imaginación.

Porque ahora gracias a esa capacidad de imaginar tan desarrollada, podemos hacernos el Amor sin estar todas nuestras partes presentes.

Somos dueños del mundo "real" y del mundo de los "sueños". 

Tú también lo sabes, por eso en tu nombre se puede leer "dos veces mundo"


lunes, 10 de agosto de 2015

Ellos se quieren montón, pero ella no lo sabe todavía...

Algún día me gustaría escribirles un cuento a mis padres, pero todavía no soy capaz. Se me vería demasiado el plumero, y me gustaría ser lo más imparcial posible.

Creo que a él lo he amado siempre. Aunque no lo recuerdo mucho en mi niñez, cuando empezaron los enfrentamientos con mi madre, era él quien me protegía.

Ella era mi amor en la infancia, era mi mamaíta!!! Hasta que en la adolescencia empecé a decidir mi manera de ver el mundo que para nada coincidía con la suya.

Se abrió entonces un mar angosto entre nosotras de lágrimas compartidas por el dolor, pero éramos incapaces de mirarnos a los ojos, cogernos de las manos y abrazarnos. 

El orgullo no nos permitía decir "mi dolor es tu dolor, te veo, lo tomo todo de ti y te devuelvo lo que es tuyo"

Levanto sus capas hechas a pico y pala para defenderse y veo su corazón de niña asustada. Es entonces cuando la abrazo y le digo..."ahora estás a salvo, ya es hora de ver lo maravillosa que es la vida y lo afortunada que eres por toda la gente linda que te rodea y te ama, tal y como eres. Ya no tienes que seguir fingiendo"

Es ahora que estoy recordando cómo amarla. Sin juicio. Y de paso cómo amar y respetar a las mujeres que aparecen en mi vida.

Al principio me puede el pronto y la soberbia, pero cuando lo respiro soy capaz de ver el sin sentido.

Intento recordar que cada una traemos mochilitas cargadas. Se trata de quitar peso, no de añadir más con mala vibra.

Las puedo ver y sentir que no son tan distintas a mí.

Todas tenemos miedos muy parecidos. Miedo a estar sólas, a no dar la talla, a no ser amadas.

Miedo a la responsabilidad de demostrar a cada instante que somos fuertes, hermosas, pero casi siempre caemos en el gran abismo de la comparación, y nos hacemos chiquititas, cuando la realidad es que somos enormes, divinas, poderosas.

Yo no quiero amar en la sombra, protegiéndome del hombre de la mano negra que de pequeña me dijeron que existía.

El Amor es protector en sí mismo. Me merezco ser amada y me entrego. No quiero corazas oxidadas entre yo y el mundo.

No necesito confiar en el hombre o la mujer como seres individuales.

Todos tenemos fantasmas que pueden actuar a través de nosotros y cagarla.

Estoy aprendiendo a confiar en mí, así no cargo a nadie con la responsabilidad de no defraudarme.

Recuerdo lo que era antes de llegar aquí, luz, pura luz, y desde esa luz que soy, que somos, me amo y amo.

Re conviértete en Amor y lo tendrás a borbotones, no es algo que se pide, es algo que se regala.


jueves, 6 de agosto de 2015

La mujer de los pies descalzos

Todos los miércoles iba al cine a la sesión de las 20h. El cine era su pasión.

Una tarde, en medio de la película, vio que una chica sentada tres filas más adelante, se había descalzado y había puesto sus pies desnudos en la asiento delante de ella.

Se irritó muchísimo, pensó, "menuda descarada", y siguió viendo la película.

Al miércoles siguiente ocurrió lo mismo, estaba más irritado aún, porque esta vez no podía concentrarse en la película. 

No dejaba de mirar sus pies, empezó a fijarse en cada detalle. El color de sus uñas, la forma de sus dedos, el anillo del segundo dedo del pie derecho y la tobillera en él.

Todos los miércoles llegaba ansioso por ver aquellos pies que le enamoraban. Ya no veía la película. Ahora su pasión eran esos pies chiquitos de dedos redonditos tan apetecibles.

Le resultaban muy familiar, incluso podía sentir su olor, su sabor.

Deseaba acariciarlos, lamerlos, comérselos, se excitaba enormemente pensado en ello, aunque la idea de poder hacerlo le llenaba de una inusitada ansiedad, así que siempre se iba antes de que se acabara la película y encendieran las luces.

No quería ver a la dueña de aquellos pies  que le volvían loco. 

Y si era fea, y si no hacía justicia a sus pies, y si era una borde, y si le olía el aliento... O peor aún... Y si ella pudiera pensar que es feo, que es un borde, que le huele el aliento...

Se decía a sí mismo..."mejor quedarme en la fantasía que vivir la realidad, en la fantasía yo soy el rey y ella mi reina, ¿qué seríamos en la realidad???"

Lo tenía todo controlado, pero no contaba con el azar.

Esa noche no paraba de mirar hacia donde se sentaba ella, pero no la veía, estaba impacientándose mucho. Entonces ve que la chica sentada a su izquierda se empieza a descalzar y pone sus pies en el asiento de delante.

Se quedó pálido, la boca seca, enchumbado en sudor.

La chica de al lado le cogió la mano y le dijo:

"No te preocupes, sé lo que te ocurre. 
Antes de venir aquí me dijiste que si tardabas en encontrarme te enseñara mis pies y tú me reconocerías.

Sabías que el miedo a las relaciones íntimas es tu asignatura pendiente y que te podía paralizar, por eso me pediste que te mostrara mis pies.

Pero tú sigues prefiriendo soñar sin vivir. Estoy deseando abrazarte y hacer el amor contigo, pero todavía no te has encarnado.

No te preocupes, no me debes nada, en el lugar de donde venimos las promesas no pesan, por eso yo seguiré caminando descalza, vengas conmigo o no"





Lo que ocurre cuando ya no quieres follar con el padre de tus hijas

La historia entre el padre de mis hijas y yo fue y es tan bonita, que mucha gente tiene nostalgia de nosotros.

Cuando ven como nos miramos, como nos bailamos, como nos abrazamos, como nos amamos, piensan que queremos volver. Desean que volvamos, porque todos estamos sedientos de historias de Amor y reencuentros con final feliz.

No comprenden que lo nuestro se trata de un comienzo feliz, por eso ya no estamos juntos.

Pero les entiendo, porque incluso yo me lo planteaba. Pensaba..."Total Lola, es el padre de tus hijas, es un lindo, está to bueno y baila que te cagas, porqué no haces un poder y te lo follas..."

Lo que ocurre es que ya no le siento desde ese lugar.

Es como cuando me fui de casa de papá y mamá. Mis alas habían crecido tanto, que volver hubiera sido un suicidio.

Lo mismo ocurre con Mito, nuestras alas han crecido tanto por separado, que aunque nuestro vuelo coincida a veces por nuestras hijas, nuestro rumbo es distinto.

Continuamos cuidándonos y alimentándonos el uno al otro, pero cuando seguimos el caminito de migas de pan, éste nos lleva a otros cuerpos, a otras maneras de abrazar, a besos con nuevos sabores, a otro olor, a distintas formas de hacer el Amor.

Ahora puedo verle con mujeres a las que desea sin arrojarme toa, y él puede oírme hablar de hombres a los que deseo sin desear degollarlos.

Nuestras hijas están felices y tranquilas, porque mamá y papá se aman tanto tanto tanto tanto tanto, que ya no se empeñan en dormir juntos soñando con otros y deseando despertar en otro lugar.