lunes, 23 de mayo de 2016

Amigas revolucionarias

Me encantan mis amigas, porque son revolucionarias.

No van con capuchas ni levantando el dedo anular, que también está bien de vez en cuando. Ellas desafían las reglas de la "pena negra" que esta sociedad patriarcal pretende resaltar con su cultura del miedo y del consumismo.

Ellas lloran sin taparse la cara, se pudren asustadas sin saber lo que ocurre exactamente para luego florecer llenas de mordidas de placer.

Ellas son felices y lo muestran sin vergüenza. Se niegan a jugar el papel de víctima exigida por mediocres que te miran mal si tu sonrisa mide más de 15cm.

Ellas me liberan de la responsabilidad de vivir mil experiencias para ver qué se siente, soy capaz de somatizar las cosquillas, las lágrimas, los tirones de pelo y los chupetones a través de sus cuerpos sudorosos, temblorosos.

Las adoro, las amo, y lo saben porque yo también soy revolucionaria. No temo decirles si me la comen, me aburre o me apasionan sus historias.

El respeto por las etapas y espacios de cada una es primordial, así como la honestidad.

Afortunadas de la vida que además de vivir el regalo, lo compartimos.


sábado, 21 de mayo de 2016

Ven de noche

Cuando decidas llegar a mi vida, hazlo de noche.

Que la parte iluminada por la luz de la luna sea tan grande como la sombra que se proyecta tras de mí.

Así no habrá confusión, no habrá excusa,  podrás decidir si me tomas completa.

Podré ver si te asustas, si te escondes, si me abrazas o me esquivas.

Camina de puntillas con tus dedos sobre mi cuerpo.

Adivina los lunares que soñastes encontrar en mi piel.

Ven descalzo, para que puedas resbalar dentro de mí, para que pueda ver que no te da miedo caer.

Ven sin guantes, para que puedas enterrar tus manos en mi cuerpo, para que pueda ver que no ta miedo amasar sueños.

Ven sin coraza, para que puedas fundir tu corazón con el mío, para que pueda ver que no te da miedo latir en uno

Llega sin vergüenza, sin permiso, sin pudor. 

Ven, y si tienes miedo, ven con miedo, se irá sólo, porque sobra, no hará falta echarlo.

No voy a preguntar cuándo vendrás porque sé que lo harás.

Estoy preparando mi nido, mi casa, quitando enredos, esquinas, polvo.

Removiendo las aguas estancadas, jugando a las cartas con mis demonios y mis ángeles, escribiendo deseos y haciéndolos realidad.

Estoy haciéndome grande, desperezándome, recordando mi paz.

Por eso quiero que llegues de noche, para que tu espada pueda descansar dentro de mí y mi casa amanezca rodeada de ríos de vida.